A PROPÓSITO DEL VETO DE LA DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN A LOS ALUMNOS DE LA COSAFA EN EL PREUNIVERSITARIO MUNICIPAL, NOS ACERCAMOS A LA DIRECTORA DEL COLEGIO PARTICULAR SUBVENCIONADO PARA CONOCER SU OPINIÓN AL RESPECTO Y TAMBIÉN CONVERSAR SOBRE RELIGIÓN, SEXUALIDAD, CONTAMINACIÓN Y OTROS TEMAS DEL MOMENTO.

Por Fernando San Román B.

¿Qué opina usted de la exclusión de los alumnos de la Cosafa del preuniversitario municipal, por parte de la Directora de Educación? ¿Le han hecho saber su inquietud algunos apoderados?
A mí ningún apoderado me ha hecho saber su inquietud. Yo, por lo que leí en su periódico y por algún comentario que me ha hecho saber uno que otro apoderado –no reclamos formales, sino comentarios- me enteré. Está bien claro que es un preuniversitario municipal. Entonces, es decisión de las autoridades educacionales municipales que pueden optar para que ingresen o no ingresen. Yo les digo a los niños: estudien, dedíquense a lo que nosotros le enseñamos. Y si requieren que le pongamos un profesor extra en matemáticas o en lenguaje, se hace. Aprovechen. Pero, bueno, también los apoderados quieren que participen sus hijos. Pero, yo digo, es opción solamente de la autoridad municipal.

¿Y no se puede entender esto como una exclusión o separación entre colegios públicos y particulares?
No sé lo que pensarán las autoridades municipales. Yo me preocupo que los de acá se preparen y estudien. Y, bueno, tanto mejor que sea un tocopillano, sea del liceo, la Cosafa o el Politécnico, que saque un buen promedio. Lo importante es que sea tocopillano. Pero el colegio tiene las herramientas. Tenemos 43 horas de clases que se cumplen en un 99%. Tienen ensayos mensuales y se comunican los resultados al apoderado, se buscan las estrategias para mejorar. Lo que no tienen que hacer es faltar a clases, llegar a la hora y cumplir con lo que les pedimos. Y si los niños requieren unas horas extras, yo no tengo inconveniente. Ya lo hemos hecho otros años. No es un tema nuevo. Lo demás es un tema municipal y si les dan la opción para que ingresen, perfecto… Y si no, ellos tienen los medios acá para estudiar. Ahora, si participan, mejor, porque mientras más estudien los chiquillos, mejor.

¿Cómo han estado los resultados de las últimas pruebas de selección de los alumnos de la Cosafa?
La mayoría están en universidades. Están estudiando. Pero podrían obtener mejores resultados. Hay promociones que son muy buenas, promociones mediocres, otras más malitas. Yo creo que en todos los colegios y a todo nivel ocurre lo mismo. Pero siempre luchamos para superarnos. A veces no se puede, porque hay muchas cosas que están influyendo en los jóvenes. Influyen las drogas, la violencia intrafamiliar. Tenemos –como en todos los colegios y en todo Chile- muchos problemas de violencia en la familia, en los hogares. Muchas veces los niños llegan amargados, depresivos. Entonces, a la par de lo académico, tenemos que preocuparnos mucho de la parte espiritual, de apoyar a los chiquillos, para que no quieran suicidarse y no se depriman.

¿Y a qué atribuye usted esta situación? ¿Se deberá a que vivimos en una sociedad consumista, en donde todo gira en torno al dinero?
Claro. Hay niños, de repente, que a lo mejor quieren más de lo que le pueden dar los padres. También influye la fuente laboral. Hay papás que están la mitad del mes en un lugar y la mitad en otro. Entonces, no está la presencia paterna en el hogar. Y es necesaria.

¿Es la Cosafa un colegio “de elite” al que sólo acceden las personas de un nivel económico alto?
Mira… Realmente puede haber un índice de vulnerabilidad más bajo que el de otros colegios. Ese es un hecho. Porque muchos padres buscan que el colegio esté en buenas condiciones, la exigencia en lo académico. Al comienzo, cuando recién se inició, esto estaba a cargo de las religiosas del espíritu santo y generalmente eran familias de buena situación. Pero ahora tenemos de todos los niveles. Tenemos 235 alumnos becados y aquí los alumnos nuestros no hacen diferencia. Yo no he visto jamás un caso de que los niños estén discriminando a otros porque no tienen. Al contrario. No se nota quien tiene un nivel económico alto y otro que tiene un nivel más bajo. Aquí los niños son muy buenos amigos y muy buenos compañeros. Esa es una de las características. Y otra cosa, y te puedo decir que me enorgullece, los niños no son atrevidos. Yo nunca he tenido un niño que se haya insolentado con los profesores.

¿A usted le gustaría que todas las herramientas y el “buen nivel” del que se habla en la Cosafa se diera en los colegios públicos?
Por supuesto que sí. Sería ideal. ¿Por qué no?

¿Y cómo podemos llegar a eso, para que todos tengamos las mismas herramientas y oportunidades?
Exigiendo. Poniéndonos metas y exigiendo. Yo te digo que estoy 12 horas metidas en el Colegio. Y los profesores generalmente acá trabajan sin horario. Tiene que haber un compromiso para luchar y tirar para arriba.

¿Cómo los afecta a ustedes el tema de la contaminación, considerando que el colegio es impactado directamente por las emisiones de las empresas?
Es complicado. Aquí es muy notorio. Por eso he tratado de cubrir el patio, ahora el parvulario, de alguna manera. Estamos al lado nosotros. Es grave esto. Y espero que se busque una solución, porque nos afecta a todos.

¿Y usted espera que la Declaración de Zona Saturada avance?
Claro que sí.

¿Qué le diría a quienes desconocen lo que ocurre adentro del colegio?
Yo te diría que a veces los comentarios salen de los mismos apoderados nuestros. A veces nunca la gente está conforme. Espero que entiendan que estamos luchando por el bienestar de sus hijos, para tratarlos de prepararlos para la vida, para que sean buenos hombres, buenas mujeres y buenos ciudadanos, buenos funcionarios, buenos profesionales y sobre todo, buenos padres y buenas madres.

¿Cómo enfrenta la Cosafa los temas valóricos como la educación sexual, la píldora del día después y el uso del preservativo?
Somos colegio-iglesia y pertenecemos al arzobispado de Antofagasta. Y como colegio-iglesia tenemos que basarnos en las normas del evangelio. Nosotros luchamos por la vida, defendemos la vida. Por lo tanto, no a los métodos… No a la píldora del día después.

¿Y los demás métodos anticonceptivos?
Eso depende de la formación de cada uno y la que cada familia le dé a sus hijos.

Y como colegio, ¿qué respuesta les dan a esos alumnos que requieren una herramienta para enfrentar su sexualidad responsablemente?
Nosotros le decimos: existe este método, este otro método, este otro método… y esto dice la iglesia.

¿O sea, se les entregan opciones?
Se les indica, se les explica. Y tendiendo siempre a que mantengan su… se mantengan hasta el último momento en las mejores condiciones.

A veces es difícil eso…
Es difícil. Te digo que no concibo que una niña de 14 años, sin la autorización de sus padres, escondida, esté usando pastillas. No sé, yo lucho por la familia.

¿Y cuando esa familia no respondió y ese joven está en una situación de vulnerabilidad, cómo se responde como estado?
Bueno, ante un embarazo -nosotros tenemos niñas embarazadas, niñas que son mamás- las apoyamos, se les orienta. Jamás hemos echado a una niña que está embarazada. Tenemos a muchas mamás acá que han sido brillantes alumnas, que han tenido a sus niños y después han tenido las primeras licencias. Y son excelentes profesionales.

¿Entonces, esto es una tarea conjunta entre el colegio –que también es la iglesia- y la familia?
Nuestro colegio es un colegio-iglesia y como educadores no podemos ir contra lo que dice la iglesia. Pero tampoco podemos ser cerrados a lo que se requiere en este momento.

¿Y también está la tolerancia?
Nosotros tenemos a casi todos los hijos de los pastores estudiando acá. Y ellos saben que han puesto a sus hijos en un colegio católico. En el mes de María hacemos la oración y te digo que son brillantes alumnos los hijos de los pastores. Son más estudiosos del evangelio que los mismos católicos. Hemos hecho concursos de “un canto a María” y lo han ganado los niños evangélicos, hijos de los pastores. Está abierto el colegio, pero ellos saben que tienen que asistir a la clase de religión, porque aquí no es optativo, es obligatorio. Pero nunca hemos tenido un problema al respecto. Así que tampoco esto es exclusivo de los católicos o que los papás tienen que estar casados por la iglesia para entrar al colegio. Sí, por ejemplo, el que es católico que se bautice. Ofrecemos preparación para el bautizo para el que es católico. Incluso, los que son evangélicos traen su bautizo de agua y nosotros se lo aceptamos igual… Yo te pido que, realmente, si vas a poner algún artículo, que pongas lo que yo te estoy diciendo…

Está grabado todo…
Nosotros luchamos por darle lo mejor a nuestros niños, especialmente en lo valórico. Ahora, estamos en una sociedad difícil, complicada. Es difícil para los jóvenes. Están expuestos a las drogas, al alcohol, a la promiscuidad. Y muchas veces contra eso no se puede. Pero detrás está la familia. Uno está en el día con los niños, pero los que dan los permisos en la noche para salir y tienen que ver a qué hora llegan los hijos, son la familia. Las niñas no se embarazan acá, se embarazan afuera. Pero nosotros no les cerramos las puertas. Sí, en ocasiones, a veces cuando hay excesos de problemas de tipo conductual y junto a ello está el problema de rendimiento, les sugerimos un cambio de ambiente. Y luego, si el niño quiere regresar, regresa. Y llegan totalmente cambiados.