Hace unas semanas, el Ministerio de salud anunció la nueva normativa de fertilidad que permite a los centros de salud públicos entregar métodos de anticoncepción a los jóvenes, a partir de los 14 años, sin necesidad de contar con la autorización de sus padres.
La entrega gratuita de métodos para prevenir embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual permite a los sectores de más escasos recursos acceder a este tipo de mecanismos.
La medida anunciada por el gobierno generó el inmediato rechazo de la iglesia católica y la derecha, sectores retrógrados que consideran que este hecho es un daño a la familia y que fomenta el sexo entre los jóvenes. Además, estos sectores rechazan la entrega del anticonceptivo de emergencia conocido como la Píldora del Día después, al considerar que es abortivo.
Sin embargo, las voces autorizadas en la materia y las estadísticas sobre embarazos adolescentes, echan por tierra las pataletas infundadas de la UDI, RN, la DC y la Iglesia.
Las cifras indican que más de un 85% de los jóvenes se inicia sexualmente antes de los 19 años; de las jóvenes que lo hace antes de los 15 años, un 13.9% es o será madre soltera.
EDUCACIÓN SEXUALSegún el ginecólogo Pedro Daza “la educación sexual retrasa el inicio de las relaciones sexuales”.
Constantemente la iglesia y la derecha se han opuesto a los planes de educación sexual y los han vetado. Por lo tanto, han terminado contribuyendo al inicio precoz de la sexualidad. Y cuando se busca la entrega de métodos para evitar esos embrazados no deseados, estos mismos sectores saltan nuevamente como locos a cuestionar las medidas.
Además, la derecha quiere que los jóvenes sean responsables penalmente a los 14 años. Entonces, ¿por qué no pueden ser responsables para hacer uso de métodos anticonceptivos?
Para mandarlos a la cárcel si son responsables a los 14, pero para tener sexo seguro no están aptos.
Tremenda contradicción que ha quedado en evidencia por estos días.
Si el gobierno ha optado por permitir la entrega de métodos anticonceptivos desde los 14 años y sin la presencia de los padres, se debe a que existe un gran número de jóvenes que no se comunican con sus progenitores y que muchas veces no tienen opciones para vivir su sexualidad responsablemente. Por lo tanto, el estado debe entregar opciones a todos sus ciudadanos. No se trata de tirar condones y pastillas anticonceptivas “a la chuña”, se trata de dar opciones.
PILDORA DEL DÍA DESPUESA pesar de la ignorancia de muchos y del ataque despiadado de la derecha, la evidencia científica señala claramente que la Píldora del Día después no es abortiva.
Una de las voces autorizadas es la del Doctor Ramiro Molina, experto de la Universidad de Chile y director del Centro de Medicina Reproductiva de dicha institución.
En su opinión “la evidencia científica que tenemos hoy dice que la píldora no interfiere con el embarazo una vez penetrado el espermio en el óvulo. Una investigación del doctor Bahamondes, médico brasileño, conocida en todo el mundo, demuestra que este método sólo impide que el espermio penetre en el óvulo. Me parece una majadería insoportablemente ignorante decir que la píldora es abortiva”.
INJUV ENTREGA CIFRASEl coordinador provincial del INJUV, Gustavo Carrasco, manifestó su respaldo a la medida tomada por el gobierno, señalando que “se trata de un tema de salud publica que no está siendo deliberadamente implementado, ya que las estadísticas y estudios al respecto lo avalan”.
Según cifras del INJUV, hay una clara desigualdad existente entre los jóvenes de mayores y menores recursos, respecto al acceso y utilización de métodos anticonceptivos. Entre los jóvenes de 15 a 19 años de nivel socioeconómico alto, sólo un 18% declaró no haber utilizado anticonceptivo en su última relación sexual, mientras que en el nivel bajo, un 53% manifestó no haberlos utilizado.
Otra cifra a considerar es la venta de píldoras del día después en Farmacias de Santiago: en los barrios altos de Providencia se han vendido 1.336 cajas y en Las Condes 1.339, mientras que sumando las cajas vendidas en las principales comunas pobres de la capital, se llega sólo a 344 cajas.
Por último, el director Nacional del INJUV, Juan Eduardo Faúndez, llamó a no olvidar que nuestra legislación considera que desde los 14 años nuestros jóvenes tienen discernimiento respecto al tema penal, “por lo tanto también son sujetos de ejercer sus derechos sexuales”.
A nadie debería admirar que la iglesia católica se oponga a la distribución de la píldora del día después en los consultorios de los centros de salud pública. Digo esto porque es obvio que el clero sigue creyéndose con el derecho a inmiscuirse en la vida de la gente.
La iglesia católica se ha anquilosado mañosamente en el pasado y sus miembros piensan que todavía estamos en la época en que casi todos eran de su fe, cuando prácticamente manejaban la existencia de su entonces extensa feligresía. Les cuesta creer que los tiempos han cambiado y que su esfera de influencia es cada día más reducida. Están ciegos ante la realidad en que vivimos.
Lo cierto es que los católicos son cada día menos en este país, pese a que los prelados tratan de hacernos creer lo contrario. Lo anterior es una verdad indesmentible, que en la medida que pasa el tiempo resulta progresivamente más difícil de ocultar, aunque todavía los curas cuentan con la colaboración de cierta prensa y uno que otro periodista, que se prestan para darles cobertura mediática e insinuar que estamos en un país católico.
Pero ya ni siquiera eso da buenos resultados y ante lo obvio, han optado por entrometerse abiertamente en temas que no son competencia de la iglesia católica. ¿Qué importa si lo hacen? ¿Para qué nos preocupamos? De todas formas nadie, excepto uno que otro fanático trasnochado, va a hacer caso a las estupideces que de repente dicen los obispos. Ni siquiera los que se declaran católicos obedecen a la prédica de estos monstruos con sotana, entre los cuales parece existir más de algún pedófilo empedernido que no vacila en abusar sexualmente de los niños y menores que supuestamente tendría que proteger.
Lo único malo es que si el gobierno o las autoridades ceden ante la presión de estos diablitos disfrazados de corderos, los únicos perdedores serán los estratos más modestos de nuestra extremadamente desigual sociedad. Luchemos por ellos para que no triunfe la posición insensata, clasista e inhumana de la iglesia católica.
Jorge Queirolo Bravo
Escritor y periodista