Una singular protesta contra la contaminación protagonizó el activista antofagastino Luis Marín, quien representó a "la muerte" con un traje de esqueleto y una máscara de calavera, acompañado de un letrero en donde responsabiliza al gobierno regional y a las autoridades comunales por la grave polución que afecta a nuestra ciudad y llamando la atención del público con una ruidosa campana.
La actividad comenzó cerca de las 11:30 hrs. de este miércoles 21 de marzo en la plaza y se prolongó hasta las 14:00 hrs.
El paso de este manifestante llamó la atención de los transeúntes, sobre todo en sectores concurridos como el Supermercado Colón y el Banco Estado.
El activista fue acompañado por un grupo de 4 tocopillanos que repartieron panfletos con mensajes donde invitan a la ciudadanía a decir basta y a manifestarse en defensa de la vida.
Numerosos tocopillanos manifestaron su apoyo a esta pequeña protesta y expresaron su preocupación por los altos índices de contaminación en la ciudad, manifestándose indignados con la defensa que en el último tiempo ha realizado el alcalde en favor de las empresas contaminantes, principalmente Electroandina.
"El alcalde se vendió", decían en coro algunos pobladores.
"Soy la muerte y me vengo a llevar a los niños y a los adultos mayores con la autorización del gobierno regional y la autoridad comunal que apoyan a las empresas", exclamaba el activista.
Algunos vehículos que pasaban por el lugar tocaban sus bocinas en señal de apoyo.


Lamentablemente, casi al concluir esta protesta, un trabajador de Electroandina protagonizó un triste espectáculo al insultar y agredir a los manifestantes en 21 de Mayo, cerca de la esquina de calle Washington.
Nuestro periódico fue testigo de estos hechos y pudo observar al trabajador en una actitud de "matón", amenazando con garabatos al activista que iba disfrazado y asegurando que lo iba a golpear. Según señaló, lo hacía porque le molestaba el ruido de la campana que tocaba el manifestante. Sin embargo, los peatones aseguraron que se trata de un trabajador que siempre defiende a las empresas.
El alterado poblador tomó por la cabeza y empujó al protagonista de la protesta, insultándolo a garabato limpio e intentando pegarle en numerosas ocasiones.
En la autorización extendida por la gobernación se asegura que los manifestantes contarán con resguardo policial. Sin embargo, la policía uniformda jamás intervino, a pesar de que estaban a media cuadra del lugar y sin importar que algunos carabineros de civil transitaban por la calle y vieron lo que ocurría.
A pesar del mal rato, este feo incidente -protagonizado por un tonto útil de la empresa- no logró empañar la humilde, pero significativa protesta contra la contaminación.
La idea es que la gente se incentive e imite estas iniciativas, porque sólo con la presión ciudadana lograremos detener a estas empresas criminales.