Podríamos poner un video del aniversario de Tocopilla del 2006 y no veríamos las diferencias con lo que ocurrirá este año. Hace 12 meses celebrábamos nuestro cumpleaños exigiendo médicos especialistas para el hospital, pidiendo que las empresas dejaran de contaminar, rechazando la corrupción y el abuso de poder. Y es exactamente eso lo que hacemos hoy. Es decir, como ciudad, seguimos estancados en una neblina de muerte, indignidad, falta de oportunidades y desesperanza. La gente no confía en nadie. Parece que las causas estuvieran perdidas y hay quienes incluso se aburren y se agotan de tanto luchar sin encontrar eco.
¿Qué hacer? ¿Darse por vencidos? ¿Irse de Tocopilla? Y ahí surge otra interrogante… ¿Por qué tenemos que irnos nosotros, los verdaderos hijos y dueños de la ciudad? ¿Por qué no se van ellos? ¿Por qué no los sacamos?
Por un minuto, pensemos en un Tocopilla sin todos estos personajes que tanto daño le hacen: sin los Félix Soto, los Moyano, los Tomás Pozo y toda la manganada de pillos que ocupan cargos para enriquecerse y abultar sus bolsillos… Sin las mismas sanguijuelas de siempre que le sacan el jugo a los cargos públicos por un interés personal. ¡Qué diferente sería el panorama con nuestros recursos en manos de gente honesta!
Por eso, cuando vemos el sufrimiento diario de la gente, muchas veces resignada a aceptar que le roben y la maltraten, sentimos rabia. Pero tenemos cada vez más claro que no sacamos nada con sólo sentir y gritar a los cuatro vientos los atropellos de políticos y empresas. Es necesario ir más allá y asumir que –como dijo Michael Moore en uno de sus libros- “a menos que la gente decente y normal se presente a los puestos de elección, el cargo siempre acabará en manos de vándalos”. Por tal motivo, los ciudadanos deben asumir la responsabilidad de dirigir esta ciudad, apartando para siempre a los corruptos y ladrones que hoy controlan los destinos de la comuna.
Sólo queda un año para que se realicen las próximas elecciones municipales y ya vemos el circo de políticos de los dos bandos en que se divide este país y se reparten el poder, preparando su mejor estrategia para mantenerse en el cargo –en algunos casos- o aspirar a reemplazar al loco de turno –en otros casos-. Para esto todo vale, desde el populismo de unos que se creen representantes del pueblo y los trabajadores, pasando por el descaro de los corruptos profesionales, hasta llegar a la soberbia de quienes creen que con el dinero podrán comprar conciencias.
Tocopilla puede y debe ponerse de pie. Tocopilla tiene una historia memorable, llena de hitos y hazañas valientes. Y como la historia es nuestra y la hacen los pueblos, repitamos las luchas de Luis Emilio Recabarren, Víctor Contreras Tapia, Marcos de la Vega y tantos otros… En el último siglo, cada 35 años se han dado procesos sociales que impulsaron la transformación profunda del camino iniciado por el puerto… En 1903 fue la llegada de Recabarren y la creación de la prensa obrera y la mancomunal sindical; el 1930 fue el alcalde Víctor Contreras Tapia y en 1972 fue el turno de Marcos de la Vega… Han pasado exactamente 35 años. Llegó el momento de impulsar un nuevo frente de transformaciones. La historia está de nuestro lado. Sobran los motivos justos para trabajar por un cambio profundo y por la recuperación de la ciudad.
¡Larga vida a Tocopilla! ¡Por una ciudad digna, libre y en manos de sus verdaderos dueños! ¡Hasta la victoria, siempre!
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