Numerosos llamados telefónicos recibió nuestro periódico este viernes 1 de febrero para denunciar la instalación de una antena para telefonía celular que fue camuflada como palmera. El aparato fue ubicado en un terreno de Avenida Prat, a la altura de Maestranza Villafaña, entra las calles Baquedano y Bolívar.

La preocupación de los vecinos se debe a que las ondas electromagnéticas que emiten estas estructuras pueden afectar la salud de las personas varios cientos de metros a la redonda. Justamente en el sector donde se instaló esta antena se ubica la Escuela D Nº 7, un Jardín infantil y una sede del Hogar de Cristo.

Según Álvaro Gómez, Presidente de la Red Nacional Ecológica (RENACE) diversos estudios de la Organización Mundial de la Salud señalan que las personas que se exponen en forma constante a la contaminación radioeléctrica están más susceptibles a enfermarse de cáncer.

La instalación y operación de las antenas para celulares requiere la autorización de la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel). Pero las obras deben ser autorizadas por el municipio, por lo que estimamos que cuenta con el permiso de la Dirección de Obras. Lo lamentable es que no se les consultó a los vecinos.

Además, en Chile no existe ley que regule estas instalaciones y ya se han generado polémicas en diversas comunas. De hecho, se discute a nivel parlamentario una disposición que modifica la Ley de Bases General de Medioambiente que incluye como uno de los proyectos obligatorios a evaluar a las antenas de transmisión de celulares.

A nivel de senado se ha manifestado que "la legislación chilena es clara: si no hay norma en Chile hay que aplicar la norma suiza o la de la Organización Mundial de la Salud y por lo tanto, hay normas internacionales que establecen que a determinados niveles de radiación hay daños y eso está demostrado en estudios internacionales".

Esperamos que se tomen cartas en el asunto.