En esta semana llena de reflexión y espiritualidad, tanto las autoridades de Tocopilla como los ciudadanos han cometido muchos pecados.

El fin de semana pasado, en un acto inmoral al que me obligaron a asistir mis amigos católicos, se presentó una mujer que se introdujo una raqueta en su entrepierna, ante la mirada babosa de cientos de hombres califas y necesitados del puerto.

Posteriormente, las féminas disfrutaron de bailarines que se empelotaron y agitaron su miembro al aire. ¡Cómo es posible! ¡Dónde está el respeto!

Quiero invitar al pueblo de Tocopilla a arrepentirse, a redimir sus pecados...

¡Arrepiéntanse, pecadores! Y los insto a acercarse a mi colega Benedicto Arredondo, honorable párroco de esta ciudad, para confesarse, fumarse un cigarrito y tomarse un tinto con él.

Mi llamado va directamente a uno de los más grandes pecadores: Don Luis Moyano Cruz...

Arrepiéntete, no sigas violando los 10 mandamientos...

Amén...