Una incómoda visita a América Latina realiza por estos días el mandatario norteamericano George Bush para reunirse con algunos presidentes y firmar convenios y acuerdos bilaterales.
Sin embargo, la gira de Bush se entiende como un intento por marcar presencia en una zona que en el último tiempo ha mostrado su oposición mayoritaria a los dictámenes de Washington y sus políticas económicas neoliberales. En numerosas naciones han resultado electos en los últimos años, presidentes progresistas y de izquierda que han promovido la integración sudamericana y se han opuesto a las "instrucciones" de Estados Unidos.
La presencia de Bush ha sido repudiada por numerosos sectores sociales y organizaciones comunitarias de América Latina, quienes han salido a la calle a protestar por el arribo de un huesped indeseado.
Paralelamente, el presidente de Venezuela, Hugo Chavez, realiza un recorrido por Argentina, Bolivia y Nicaragua, desde donde ha encabezado actos y concentraciones en protesta por la visita de George W. Bush.
"George Bush es un cadáver político que ya ni siquiera huele a azufre", señaló Chávez en Argentina. Y durante su paso por Bolivia, llamó a Bush hipócrita por decir que le preocupan los pobres, al tiempo que afirmó que son, precisamente, Estados Unidos y el capitalismo los causantes de la miseria en América Latina.