¿QUÉ SERÁ PARA LOS GOBERNANTES UNA ZONA DE CATÁSTROFE SI NO ES TOCOPILLA?... O MÁS BIEN: ¿CUÁL ES EL ESTATUS QUE SE LE PUEDE DAR A TOCOPILLA DESPUÉS DE MÁS DE 30 AÑOS DE ABANDONO Y LUEGO DE UN TERREMOTO QUE BOTA MÁS DE LA MITAD DE LA CIUDAD?...

Darío Quiroga Venegas - dquiroga001@gmail.com

Anoche mientras intentaba quedarme dormido, mirando el techo, en medio de un intento de insomnio, pensaba en las cosas que yo haría… si fuera Presidente… de verdad!, no se rían… fue sólo jugar por un instante mientras uno trata de relajarse y que las preocupaciones del día desaparezcan para que el sueño lo venza a uno: Darío Quiroga Presidente de Chile… ¿Qué tal?
En el fondo es como cuando uno fantasea que se gana el “Kino” o el “Loto”, pero en este caso podría ser quizá algo más republicano el ejercicio nocturno. Porque lo que me interesó mientras lo soñaba, era pensar que haría yo (o quizás tu o quizá cualquiera de nosotros) ante una situación como la que asola a Tocopilla.
Les voy a confesar algo: esto lo pensé el mismo día en que se confirma por los medios de comunicación, que el gobierno no va a decretar la zona de catástrofe y por lo tanto el 2% reservado para esto no lo veremos ni en pintura. ¿Qué será para los gobernantes una zona de catástrofe si no es Tocopilla?... o más bien: ¿Cuál es el estatus que se le puede dar a Tocopilla después de más de 30 años de abandono y luego de un terremoto que bota más de la mitad de la ciudad?... ¿“un gran problema”, “una situación compleja”, “una pequeña embarrada”?... O sea si lo de Tocopilla no da para desastre, entonces, chilenos, estamos salvados: EN ESTE PAÍS NO HAY DESASTRES!
Bueno volvamos a mis pensamientos desvelados.
Pienso: se cae la mitad de Tocopilla, hay que ubicar a las personas en algún lugar en vista que por ahora no habrá casas: pues bien, lo primero sería no generar un segundo daño a la población, mandándolos lejos de donde se encuentran sus barrios, sus vecinos, sus cosas, en definitiva su cotidianeidad. Por lo tanto habría que buscar una alternativa que permita optimizar patios de casas que han quedado en buen estado, o limpiar rápidamente los terrenos con escombros para así instalar las mediaguas de e-mer-gen-cia o sea pro-vi-so-rias, en los mismos sectores en los que vive la gente. Pero claro esa es una solución más compleja que implica preocuparse un poco más de la gente… lo que no es tan difícil de imaginar en mi sueño, si lo es en autoridades que solo buscan cumplir con un número una cuota a su vez definida por otra autoridad superior… así que, que las mediaguas se instalen afuera de la ciudad, total, ni la ministra en campaña ni el alcalde viven allí.
Sigo soñando en un proceso de reconstrucción y pienso: ¿Cómo solucionar un problema de la magnitud de un terremoto de esas proporciones?... ¿créditos blandos?... ¿subsidios?... NO! Aporte efectivo del Estado, tal como cuando los genios del MOP diseñan un pésimo plan de transporte o cuando la bencina sube más de lo presupuestado.
Amigos: la reconstrucción de Tocopilla vale menos de 100 millones de dólares, eso equivale al 1% de los excedentes que Codelco le entregó al fisco el 2006, o sea algo así como la riqueza que generó codelco en 3 días y medio de trabajo… ¿y no valemos –al menos- eso, los tocopillanos?...
Aquí se podrán dar miles de argumentos técnicos y macroeconómicos, pero la realidad es que entendiendo los muchos gastos que tiene el país, la magnitud de la tragedia implica una respuesta acorde y tal parece que con la negación del 2% reservado para catástrofes, se entrega la primera y lamentable señal de parte del gobierno nacional… mejor digan de una vez que no les interesa la reconstrucción de Tocopilla.
Finalmente sólo queda lamentar que ninguna autoridad levante realmente la voz, la incompetencia y silencia de Moyano sólo sigue demostrando la calamidad de alcalde que es, y apura la necesidad de definiciones locales que traspasen el poder definitivamente al pueblo para así iniciar una gran movilización que sea capaz de hacerle un “parelé” a las autoridades centrales e impida que se consume la agresión contra todo la comunidad de Tocopilla.Por desgracia mis sueños son sólo eso: sueños. Me queda la esperanza que el cambio de depende de todos y todas, de una comunidad que se organiza y crece y es capaz de luchar por lo que es suyo, lo que es justo.