Una tragedia que tiene impactada a la comunidad tocopillana cobró la vida de un pequeño de 1 año y 7 meses.

El hecho ocurrió este miércoles 1º de abril, en el Campamento Las Torres B, alrededor de las 22:45 hrs., cuando un furgón de Carabineros que realizaba un procedimiento, arrolló al pequeño Javier Riveros López, de tan sólo un año y siete meses.

Javierito, según el diario local La Prensa, salió de su mediagua a ver el furgón policial y se quedó sentado cerca de la puerta de su hogar. Luego se quedó mirando la calle, hasta que apareció un gatito que llamó su atención.
Atando cabos, los vecinos señalaban que el niñito siguió al gato y después quiso tomarlo, pero éste se escondió debajo del vehículo de Carabineros. Esta versión es desmentida por la madre del menor.

según el relato del diario, finalizado el trámite al interior de la vivienda, los dos carabineros salieron y se subieron al vehículo. Lo pusieron en marcha e intentaron comenzar a abandonar el lugar.

Escasos segundos habían transcurrido de esa maniobra, cuando escucharon los desesperados gritos de la abuela que andaba buscando a su nieto. Ella fue la primera en darse cuenta que Javierito estaba debajo del vehículo. Según los informes, no fueron más de dos metros los que avanzó el furgón; por desgracia, los suficientes para desencadenar un final trágico.

El menor fue trasladado a bordo del mismo furgón que lo atropelló. A las 23.10 del 1º de abril, el parte médico dio cuenta que un tec cerrado y un paro cardiorrespiratorio habían terminado con la vida del menor.

Tamara, madre de Javierito, dio su testimonio al diario La Prensa de Tocopilla.

Sin contener el llanto en ningún momento, señala que a la hora del accidente se encontraba con sus tres retoños ordenando la débil mediagua en la que viven, "le dije a mi hijo mayor que pusiera el pestillo, pero no me preocupé porque mi hijito estaba a mi lado, jugaba a tirar la sábana de la cama, tenía sus manitos sucias y quedaron marcadas en ella, no he querido que nadie la toque", relata.
"Estábamos en eso cuando sentí el grito de mi abuela, mi hijo estaba ahí y al otro segundo ya no. Salí y vi a mi pequeño tirado en el suelo, los carabineros jamás se bajaron del furgón, ni siquiera para realizar el procedimiento, pararon porque yo grité, salí con ellos y el conductor me preguntó qué hacía, le dije que me llevara al hospital, que viera como había dejado a mi hijo, nos subimos y la puerta del furgón ni siquiera se cerró bien, por lo que tuve que luchar para no irme al piso con el niño ya agonizando (...) mi hijo se murió en mis brazos, arriba del furgón, porque yo lo sentí, tomé sus manos y le dije no me dejes, me apretó y sus ojos se fueron...".
El dramático relato de los últimos momentos del pequeño Javierito, continúa asegurando que con el niño fallecido en brazos, llegaron al hospital y la puerta del vehículo golpeó la cabeza del menor.
"Un carabinero se acercó a decirme que entendía mi dolor, pero la verdad es que eso nadie lo entiende. Me quitaron a mi hijo, a mi guagua, el atropello le sacó hasta el pañal", señala, asegurando que el vehículo policial salió muy rápido para los estrechos pasajes, negando la versión que decía que el pequeño había seguido a un gato.
El padre del menor, quien se encuentra recluido en el CDP, había hablado cinco minutos antes del accidente con su hijo y recién se enteró este jueves de la tragedia que se llevó a su pequeño. Éste último puo salir este viernes por dos horas, para participar de la misa y el sepulcro de Javierito, el que partió a las 17 horas de la casa de sus abuelos, ubicada en Chorrillos 1462.

Es de esperar que se realice una profunda investigación de lo ocurrido. Y que sea la justicia ordinaria y no la justicia militar la que investigue esta lamentable tragedia. Además, urge mejorar los accesos y la iluminación en los barrios de emergencia o campamentos de Tocopilla.

No esperemos que mueran más niños para tomar las medidas.