Me habían dicho que había intereses muy personales dentro de la corporación, yo nunca creí, y fui un convencido de que esto funcionaba. Tuvimos logros, como el traslado de la Planta de Chancado o la Votación de Zona Saturada. Íbamos bien, pero lamentablemente parte de la directiva se fue de vacaciones y quedamos dos personas: la secretaria y yo (el relacionador público). Estábamos ad portas de que estuviera listo el decreto de Zona Saturada. Ante esta situación, yo llamaba al presidente, que es Ahmed, y no me contestaba. Porque habíamos tomado un acuerdo de acudir a las juntas de vecinos. Porque nos dábamos cuenta -y esto lo digo con mucha responsabilidad- que la presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos, Elizabeth Richards, no era representativa. Por lo tanto, íbamos a ir de junta en junta de vecinos para poder informar a la comunidad y posteriormente tomar una determinación. Si el 28 de febrero no se firmaba el decreto respectivo, nosotros podíamos juntarnos y tomar alguna medida de presión. El presidente, insisto, que es la persona que tenía que estar dentro, que se veía desde un comienzo bastante comprometido con la situación, no estaba cumpliendo las labores que él se había comprometido voluntariamente a realizar. No me quedó más opción que retirarme. Porque no me presto a este tipo de juegos personales. En el intertanto la gente me preguntaba ‘¿Qué pasa con la corporación?” Y yo no tenía respuesta que darle. Yo llamaba por celular al caballero y nunca me respondió, ni un llamado. Además, a la gente le consta que han seguido habiendo muertes por cáncer, gente que sigue sufriendo problemas cardiacos. Y nosotros teníamos que decir algo al respecto…

¿Pero mientras la gente sigue contaminándose, otros están pasándola bien afuera?
Sí, es verdad. Aquí yo quiero ser enfático y recalcar este tema. Yo no lo estoy haciendo en un afán de envidioso. Mis condiciones económicas son humildes, por lo tanto, yo no tengo cómo salir a vacacionar afuera.

¿No tienes cómo para ir a Osorno ó Bélgica?
El tema pasa porque habíamos asumido un compromiso. Y ese es el tema de fondo. Asumimos voluntariamente, nadie nos presionó, ni se nos obligó a asumir este compromiso. Por lo tanto, soy una persona de lucha y siempre voy dar la lucha. Podrá sonar un poco loco, pero yo estoy dispuesto a entregar la vida voluntariamente por una buena causa.

Siempre se ha debatido si al interior de la Corporación se están defendiendo intereses particulares…
No quiero entrar en lo personal. Yo, que estuve dentro de la Corporación, tengo la sensación de que así es, de hay cosas personales y particulares. Insisto, yo no me presto para lavar la imagen de nadie ni nada.

¿Qué piensas de la reunión en que se acepta tu renuncia y se te critica?
Lo desconozco. Si ellos quieren atacarme lo único que yo voy a hacer es defenderme con lo que esté a mi alcance. Siempre he tenido la disposición para las buenas causas y estoy abierto a cualquier situación, que sea de frente. Yo me atrevo a atacar a cualquier persona, sean autoridades, sean personas naturales, del orden que sean. Yo no tengo que rendirle cuentas a nadie.

¿Qué te parece que se siga dilatando el tema de l decreto? Y mientras, Electroandina inaugura unas callecitas con el chico Peralta bailando cueca…
Es una falta de respeto para nosotros como comunidad, que digan que a fines de febrero debería estar funcionando este asunto. Sabíamos que eran 120 días. No nos cuenteen una y otra vez. Sabemos que siempre es más de lo mismo. Aquí sigue muriendo gente por problemas de cáncer y cardiacos, y por la electricidad. La autoridad comunal no ha dicho nada al respecto. ¿Hasta cuándo nos hacen tontos? A través de la gobernación provincial, de la intendenta, que nos de ciertos cortes en el tema medio ambiental. Nuestra comunidad ha sido más que basureada y pisoteada.

Las empresas siguen haciendo lo que quieren...
Sí, hacen lo que quieren y nadie les pone límites. En el tema del borde costero, por ejemplo, en el código civil, en el artículo 512 al 516, se hablaba de lo que es la servidumbre de playa. Pero hoy en día esa es palabra muerta por culpa de 20 diputados y 12 senadores -de derecha la mayor cantidad-, dentro de ellos el señor Carlos Cantero Ojeda, que en su tiempo fue diputado. Y tengo la información completa.

¿No te da un poco de pena no poder participar nunca más en esas comidas sociales tan entretenidas con la Corporación y las autoridades?
Para serte franco, tan muerto de hambre no estoy. Me gusta hacer vida social cuando lo amerita la situación, pero prefiero no tener ese tipo de comidas sabrosonas. En mi casa no me como unos lomos de más de una pulgada de grueso, tengo una comida más humilde, de acuerdo a mi condición popular. Y me las como satisfecho. Y estoy conciente de que me ha costado a mí. Distinto a las comidas en la Casa de Don Julio, con un lomo grande, codeándome con las autoridades. Pero en el fondo ¿qué sacamos? ¿O me interesa la vida social? Yo soy una persona de acción, me interesa estar en la calle, en terreno, luchando, discutiendo por nuestros derechos. Y esas comidas se dan para que les aceptemos a las autoridades un "mañana ó posiblemente, tal vez".

A otros si les gusta...
No me cabe duda y lo disfrutan harto. L es gusta salir en las fotos también.

ENTREVISTA PUBLICADA EN EDICIÓN Nº 67 DEL 16 DE MARZO DE 2007