PARECE INCREÍBLE… EL PÁRROCO DE LA CIUDAD CONVERSANDO CON NOSOTROS. PERO ES CIERTO. ESTUVIMOS CON EL CURA HABLANDO DE LA CONTAMINACIÓN, DE CORRUPCIÓN, DE PEDOFILIA Y DE SEXUALIDAD. CUESTIONÓ NUESTRO ESTILO EDITORIAL Y NOS PIDIÓ QUE NO SE NOS PASE LA MANO. NOSOTROS LE PREGUNTAMOS SI LE GUSTARÍA VIVIR UNA SEXUALIDAD NORMAL, COMO TODOS LOS HOMBRES. AL FINAL SE GENERÓ UN DIÁLOGO INTERESANTE QUE AQUÍ COMPARTIMOS CON TODOS USTEDES.

Por Fernando San Román B.

¿Qué opina usted de la libertad de expresión?
Yo creo en la libertad de expresión. Todos tienen derecho a expresar sus ideas, su posición personal frente a algunos temas y a manifestar lo que sienten. Pero también la libertad tiene ciertos límites que uno mismo coloca. Porque –como se dice- mi libertad termina cuando empieza la tuya. La libertad está sometida a normas básicas de convivencia. Tiene que haber respeto. No hay que ridiculizar a las personas y mofarse de ellas. Cuando veo que ustedes utilizan expresiones bastante groseras, burlescas e irónicas, veo que están al borde de lo inmoral. Creo en la libertad de expresión, pero hay formas de expresarse.

¿Usted cree que los que escribimos en “El Polémico” somos pecadores?
Cuando uno comienza a usar un lenguaje que ridiculiza a las personas, ya se está manifestando una falta de respeto, aunque lo que ustedes digan es verdad. Supongamos que ustedes están denunciando un hecho puntual y una injusticia que se comete acá en Tocopilla. El hecho puede que sea verdad. El problema es cómo se informa y qué lenguaje utilizo para transmitir esa verdad. La gente muchas veces se queda con la burla y la parte grotesca, pero lo que interesa es el hecho concreto.

¿Cómo ve el tema de la contaminación en nuestro puerto?
Yo creo que es un problema bastante grave. Yo mismo soy víctima de eso. La iglesia, por ejemplo, todos los días hay que estar limpiándola y sacudiéndola. Y eso, con sólo observar y tocar. Pero el problema va mucho más allá. La iglesia también tiene una voz respecto a esta situación, porque está el respeto a la vida humana. Y si la vida, como creyentes, es un don de Dios, la vida hay que cuidarla desde el comienzo de su gestación hasta el final. Y la iglesia siempre va a defender la vida. Y Ya lo ha hecho. Lo más cercano es cuando la iglesia defendió los Derechos Humanos en momentos difíciles de nuestra patria. Y la defendemos ahora por la calidad de vida que cada ser humano se merece. Y acá en Tocopilla la calidad de vida cada vez es peor por el aire que respiramos. Eso es también una situación de pecado social. El pecado personal también tiene una dimensión social, porque afecta a un conjunto de seres humanos, a una comunidad. Y por supuesto que este hecho concreto en Tocopilla constituye un pecado social.

¿Y qué llamado le haría usted a las empresas responsables de esto?
Yo creo que las empresas ante todo, más que mirar el fin de lucro –porque toda empresa privada persigue un fin de lucro- debe también mirar el bienestar de la comunidad en la que está inserta. Ellos deben invertir y utilizar recursos para usar una tecnología mucho más moderna que les permita evitar ese tipo de contaminación. Yo me imagino que debe existir la tecnología que disminuya los índices de contaminación que son bastante graves. Esto afecta a todos los sectores de Tocopilla. Y esto afecta la salud, sobretodo de los niños, con problemas bronquiales en invierno, problemas en los adultos mayores, o en las madres embarazadas. Están produciéndose enfermedades que, pudiéndose evitar, no se hace nada. El cáncer, por ejemplo. Yo creo que debe haber más conciencia social respecto al daño que está provocando la contaminación. Y las autoridades públicas deben ser mucho más enérgicas en controlar este tipo de situaciones y sancionar a aquellas empresas que escapan a cualquier tipo de control y no acatan una normativa que establece los límites de emisión.

¿Usted cree que hay mucha corrupción en las autoridades? ¿Qué cree que provoca eso?
Yo creo que todo responde a que hay un desgaste. Yo no quiero meterme en el campo político, porque no me corresponde. Pero uno observa como hay una falta de credibilidad en las personas que son líderes políticos de cualquier sector. Uno ve cierta apatía y frustración de la gente, porque lamentablemente muchos habían tenido gran esperanza en que las cosas iban a mejorar y lamentablemente vemos que los avances que ha logrado Chile sólamente benefician a unos pocos. La iglesia ha denunciado que la brecha entre ricos y pobres va creciendo. Unos pocos tienen el poder de la riqueza, mientras que una mayoría de gente, sobre todo los más humildes, la clase media, uno ve que se van empobreciendo. No tienen ese bienestar y condición de vida que uno quisiera.

¿Se trata de un problema de redistribución de la riqueza?
Ese es el punto claro que la iglesia ha denunciado. La iglesia ha hablado de un escándalo por esa mala distribución de la riqueza que ha producido grandes desigualdades. Por eso es importante que los políticos reciban un llamado de atención y más que preocuparse de las diferencias partidarias o personales, más bien comiencen a ver el bien del país y pensar en los demás, por los cuales fueron elegidos para servir, no para servirse.

Cuando se quemó la parroquia del Rincón de Dios, se realizó una fuerte crítica a la justicia. También se supo que usted tuvo roces con el fiscal…
Yo no quiero referirme a ese tema. A lo que sí me puedo referir es a cómo la justicia está operando actualmente. Yo creo que hace falta la ley pueda realmente hacer justicia. Uno se da cuenta que quien comete un delito, al final no se le sanciona como corresponde. Muchos cometen delito y al día siguiente están libres. Son detenidos, pero no se les imputa ningún tipo de delito porque no tienen los antecedentes o las pruebas necesarias para comprobar la participación.

¿Cuál es la postura oficial de la iglesia respecto al uso de la “Píldora del día después”?
Yo parto de la base de que para la iglesia, desde el momento en que el óvulo es fecundado, hay vida humana que potencialmente va a ser después un ser humano. Y cualquier método que atente contra ese óvulo que ya está fecundado, en el fondo es un método abortivo que destruye vida humana.

Pero la píldora no es abortiva…
Mientras no haya un acuerdo objetivo… Porque están divididas las opiniones. Aunque ya los científicos católicos han expresado claramente que es abortiva. Y mientras no se diga lo contrario, la iglesia se atiene a los que sus propios científicos han impulsado. Y la iglesia va a ser enfática. Y también en el tema del aborto. No podemos nosotros cometer un asesinato.

Todos estamos por la vida, pero ¿qué herramientas les entregamos a los jóvenes que están viviendo su sexualidad?
Yo parto de la base de que debe haber una buena educación sexual. Pero lo sexual no solamente está ligado a lo genital. La educación sexual es mucho más integral. Tiene que ver con la afectividad, las relaciones con sus pares. Y son etapas. Uno crece como ser humano. Y la relación sexual en sí no es pecado, es fuente de vida. Uno como sacerdote les explica los riesgos que corren ellos y las consecuencias que pueden tener, como que la chica pueda quedar embarazada. Nosotros sabemos que los chicos en el momento determinado no piensan en la pastilla o el condón. Los jóvenes viven una etapa de despertar sexual que muchas veces no controlan.

¿Y cuál es el llamado a los jóvenes? ¿A abstenerse?
A abstenerse. Ellos pueden desarrollar otras capacidades.

¿Pero cuando los jóvenes quieren vivir su sexualidad responsablemente?
Uno les dice que vayan por etapas. Que todo sea a su tiempo. Que no se salten etapas.

¿Usted cree que los casos de curas pedófilos desprestigian a la iglesia?
Son pocos los casos. En cualquier sociedad humana, todos podemos experimentar en algún momento la debilidad. Así como hay médicos muy honestos, también los hay quienes son viciados por su forma de trabajar. Así también se da con abogados, políticos. Todo eso es consecuencia de la sociedad en la que vivimos actualmente. Una sociedad demasiado consumista, erotizante. Los medios de comunicación favorecen todo ese despertar. Uno prendo la tele para ver tranquilo un partido de fútbol y de pronto cambia de canal y a las 10 de la noche ya están dando una película para mayores de 18 años. Y eso va influyendo en la mentalidad. Yo digo que más que fijarse en aquellos casos que son mínimos –y que responden a la debilidad a la que uno puede estar expuesto-, hay que destacar a los sacerdotes que han dado su vida por el señor y el bien de la comunidad. Tenemos el caso concreto del padre Hurtado y tantos sacerdotes que han servido a la iglesia y a muchas comunidades y pueblos. Y realmente han dado testimonio de vocación de servicio. La mayoría de los sacerdotes queremos servir al señor.

¿Usted cree que debe revisarse el tema del celibato en la iglesia?
Es una disposición eclesiástica. Si tu me preguntas a mí, yo soy feliz célibe. Yo no me imagino casado. Pero más adelante la iglesia, si el espíritu santo lo quieren, va a llegar el momento en la historia en que se puede dar.

¿Y a usted no le gustaría vivir una sexualidad como cualquier persona?
Eso hay que verlo como un don de Dios. Si tú lo miras estrictamente desde una mirada humana, nadie lo va a poder entender o comprender. Pero desde el punto de vista de la fe, el señor nos va a dando dones y fortalezas. Y él me ha dado otras cosas maravillosas que recompensan esta vocación. Y lo otro pasa a un plano secundario. Hay otras cosas más importantes.

¿Qué mensaje nos entregaría en estos 5 años de aniversario?
Yo los quiero saludar en este aniversario. Yo espero que lo que ustedes informen corresponda a la verdad objetiva de los hechos. Que no se les pase la mano, porque eso puede herir y ofender.