Michelle Bachelet a radio Agricultura

15 de Julio de 2009

Sus palabras, Señora Presidenta, están referidas a la propuesta de la Iglesia de indultar a los presos mayores de 70 años. No hay, en la propuesta del Episcopado, ninguna reserva de los casos de criminales condenados por violaciones a ciudadanos y responsabilizados de crímenes de lesa humanidad… tampoco en las suyas.

Para los ex Prisioneros Políticos y Torturados por los militares que hoy están presos y por miles de otros que aún no lo están, la constatación de que usted no declare firmemente que su Gobierno jamás indultará a un violador de los Derechos Humanos, resulta “seriamente, profundamente, y humanamente” inaceptable. Lo sería para cualquier Presidente de la Concertación, más aún en su caso particular.

Es ofensivo y repudiable para los sobrevivientes del Terrorismo de Estado y los Familiares, que usted se plantee siquiera la posibilidad de indultar a esos criminales.

Por otro lado refleja una comprensión insuficiente de la intención del Derecho Internacional Humanitario que declara que los delitos de lesa humanidad y los crímenes de guerra son imprescriptibles e inamnistiables. Así lo establecen los artículos 129, 130, 131 y 132 del Convenio de Ginebra y la “Convención sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de los crímenes de lesa humanidad”. La única excepción la hace el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en su artículo 6, Nº 4, y se refiere sólo a la pena de muerte.

Son delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra la Tortura, el Asesinato de Prisioneros realizado por Agentes del Estado, los Tratos Crueles Inhumanos y Degradantes y la Desaparición Forzada de personas o de sus restos, entre otros.

En consecuencia, señora Presidenta, los militares procesados y condenados en juicios de Derechos Humanos no pueden ser amnistiados y, si la AMNISTÍA es considerada jurídicamente como “una forma de indulto masivo”, tampoco pueden ser indultados sin violar la doctrina y el espíritu del Derecho Internacional Humanitario.

Y si el indulto fuera aplicable en estos casos - lo que los ex PP rechazamos rotundamente - la conminamos a que inmediatamente envíe un proyecto de ley al Parlamento que modifique una aberración tal e instruya a la Cancillería para iniciar la instalación del concepto de “Inindultabilidad” en la Legislación Internacional.

Sería sentar un precedente funesto y un insulto a las víctimas y sus Familiares que, gracias a una acción presidencial como la comentada, el día de mañana estos criminales pudieran circular libremente por las calles de Santiago como si nada hubieran hecho. Suficiente es que lo hagan dentro de los cuarteles o en prisiones de primera clase, disfrutando de las consideraciones a sus grados jerárquicos y de sus generosas pensiones de “tiempo de guerra”.

No hay en lo anteriormente expuesto, señora Presidenta, un abuso de interpretación o tergiversación de sus palabras sino una consideración sobre las consecuencias de ellas.En el ámbito de los Derechos Humanos nada es relativo, no así en política, razón por la cual los sobrevivientes del Terrorismo de Estado y los Familiares, veríamos con muy buenos ojos una declaración suya de que jamás indultará a un violador de los Derechos Humanos, sin importar el costo político que ello conlleve.

Mientras tanto seguiremos interpelándola y, donde podamos, continuaremos nuestra tarea de esclarecer el significado profundo de que el respeto a los Derechos Humanos es la medida de la Democracia.