UNA VISITA QUE SE PROLONGARÍA SÓLO POR UN PAR DE DÍAS, TERMINÓ EXTENDIÉNDOSE A MÁS DE UNA SEMANA. “LA TIERRA EN QUE VIVIMOS” NOS VISITÓ HACE ALGUNOS DÍAS Y SU CONDUCTOR, SERGIO NUÑO, SINTIÓ EN SU GARGANTA LOS EFECTOS DE LA CONTAMINACIÓN. EN ESTA ENTREVISTA NOS LLAMA A ORGANIZARNOS Y ENTREGA UNA PROPUESTA…¿Cómo fue la acogida de la población de Tocopilla?
Extraordinaria. Yo creo que la gente de Tocopilla es una de las gentes más amables que he conocido en Chile. Gente interesada por su comunidad como pocos otros lugares. Donde hay una clarísima conciencia sobre la problemática medioambiental que los afecta como pocos otros lugares. Yo creo que es simbólico. Tal vez Chañaral en el pasado lo fue, igual a lo de Tocopilla. De manera que tengo una gratísima impresión de esta ciudad.
¿Pensaban que se iban a encontrar con lo que se encontraron?La verdad es que Tocopilla es como el cajón del velador. Yo cada vez que abro el cajón del velador, nunca sé lo que tengo adentro. Sé que tengo las cosas básicas y cada vez que te sobra algo lo metes adentro. Es una caja de sorpresas el cajón del velador. Y eso que es tu propio cajón. Tocopilla está en mi propio país, he pasado muchas veces por acá. Pero ahora que me detuve me encontré con una ciudad que realmente me tiene sorprendido desde todo punto de vista. En primer lugar, con una belleza arquitectónica como pocas. Basta con darse una vuelta bien guiado por la ciudad para ver las construcciones de estilo realmente fascinantes que encuentras a lo largo del puerto de 200 o más años de construcción que están a la vista. Segundo, es una ciudad –a pesar de que la gente acá se queja de que no es limpia- que yo considero, dentro de lo que he visto en Chile, bastante limpia. Se ve una ciudad orgullosa a pesar de estar afectada por una crisis ambiental de magnitud impresionante.
¿Qué crees que debe hacer el tocopillano para enfrentar la contaminación?
Yo creo que el tocopillano debe tomar el problema en serio. Debe tomarlo con una sola posición común para todos. Yo creo que aquí no hay posición intermedia. Yo creo que después de lo que he visto hoy día y de las visitas al colegio, las visitas a diferentes lugares, en donde los techos de las casas, la ropa, en todos lados está permanentemente el hollín presente. Y si no es el hollín es el salitre. Y si no es el salitre es el carbón. O las aguas, las playas negras. Aquí hay un problema ambiental que resolver ya. Tocopilla puede ser una ciudad histórica por ser una ciudad símbolo en la lucha contra la contaminación, en la cual los protagonistas tienen todas las de ganar. Tú escuchas mi voz y yo estoy ronco. Yo normalmente no soy ronco. Y te digo, me ha bastado una semana en Tocopilla para quedar así.
¿Tu mismo sufriste los efectos del impacto ambiental?
O sea, toda la gente de mi equipo lo ha sufrido. Quien esté acá una semana va a sentir sus pulmones dañados.
Y nosotros estamos acá 365 días del año…Imagínate. Tú vives acá. Me imagino que debe ser tremendo. A mí me encantaría venirme a vivir a Tocopilla. En una conversación privada que tuve yo decía que si esta ciudad se descontamina hasta me vengo a vivir acá. Me encantó su gente, me encantó su historia. Todo indica que es un lugar muy grato para vivir.
¿Cuándo se emite este ciclo de programas de “La Tierra en que Vivimos” y cual es el tema central?Se emite el 2008. Es un recorrido por la costa de Chile, que nos lleva desde Arica a Punta Arenas, en el cual vamos descubriendo los secretos de la costa. Y obviamente hay secretos buenos y hay secretos malos. Y encontrarse con un problema ambiental de esta magnitud es uno de los secretos malos, pero secreto también. Tan secreto que yo, que me considero un buen conocedor de este país, no tenía idea de la magnitud del problema. Y por eso me quedé acá abocándome a ello.
¿Tenían contemplada una visita más breve?Es que Tocopilla es una ciudad que separa en el viaje. La gente se come un sándwich o pasa al baño. Pero no se me ocurre que la gente venga de turismo a Tocopilla. A mí no se me habría ocurrido venirme a pasar unas vacaciones con mis niños a Tocopilla. Me sorprendió. Yo pensaba pasar dos días, echarle una miradita y seguir. La última vez que estuve acá estaba la Compañía Minera botando todos sus desechos directamente a la playa. Una playa a la que yo no me metería ni durmiendo. Y, ahora, por lo menos dejaron de botar los desechos y es algo más atractivo. Por lo menos venir a mirarla. Tengo claro que no me bañaría tampoco.
¿Y las otras playas?
La playa artificial es bonita. Es como ir a Miami. Pero igual hay que echarle una barridita al carbón cada vez que sube la marea.
¿Qué es lo que más les llamó la atención de Tocopilla, en comparación con otras ciudades?Su gente. Definitivamente el tocopillano es único. Es una gente extraordinariamente amable. Y optimista. A pesar de que tienen este tremendo problema, la gente anda alegre en la calle. No son malhumorados. No son personas que estén en la mala. Todo lo contrario, son muy optimistas.
¿Y acogedores con las visitas?
Demasiado. La prueba está en que no me quiero ir.
En tu opinión, ¿los conflictos ambientales se deben a un problema del sistema y de cómo está concebida la ley?Mira, si la ley dice que las empresas que están contaminando están en el marco de la ley, quiere decir que las empresas no son las únicas responsables, sino que la ley que les pone los límites. Yo creo que nosotros, como estado, debemos velar por la vida de quienes forman el estado. Y si las normas que pone el estado no cumplen con el objetivo de conservar la vida, está claro que lo están haciendo pésimo. Y qué mejor muestra que Santiago, en donde se está muriendo la gente por un problema de contaminación tan grave como el que ustedes tienen acá. Y todavía no logramos encontrarle la solución al problema. Porque no quieren, porque no existe la voluntad económica de hacerlo.
Es un tema económico…
Pero por supuesto. Si estamos muy ocupados en hacernos ricos y nos hemos olvidado que un país está hecho por la gente y no por las tarjetas de crédito.
¿Qué mensaje le entregarías a quienes van a leer esta entrevista?Como mensaje, que les daría tanto a los lectores de “El Polémico” como a todas las personas de Tocopilla, es que yo creo que tienen que unirse en una idea común. Tienen que desarrollar un proyecto creativo y que sea lógico de realizar. Obviamente una solución es que se vayan todos y acá tengamos playas turísticas con palmeras, que cambiemos climas y pongamos calentadores en el mar para que sea cálido.
Ja, ja, ja…No, algo real. Acá la solución es que entre todos quienes viven acá –y que conocen el tema mejor que nadie, porque son las verdaderas víctimas- propongan una solución. Como por ejemplo, puede ser el traslado, en un mediano plazo, de estas empresas fuera del área de la ciudad y llevárselas algunos kilómetros al norte. Puede ser al norte de Paquica, al norte de La Cuchara. Y ahí, obviamente, no tendrían mayor impacto en la población. El carbón y el humo se diluyen en el desierto de Atacama mejor que acá. Electricidad vamos a seguir necesitando, el carbón y el petróleo se van a seguir quemando, el gas no creo que llegue, a no ser que le regalemos una playa a los bolivianos. Por ende, como hay que seguir generando electricidad y no vamos a dejar de producir cobre, corrámoslas más allá, en la medida que se pueda. Pero para eso, tiene que haber una idea que sea propuesta por la comunidad. En una de esas se les ocurre esta idea y que todos estén sintonizados en lo mismo. Y que sean valientes. No porque una empresa en un momento determinado les regale una plaza o un busto o les pavimente una calle, van a quedar todos felices.
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