Por Fernando San Román B.
El sábado pasado, alrededor de las 20:00 hrs., un irresponsable al volante -sin licencia- atropelló a una abuelita tocopillana en las afueras del Hospital del puerto, causándole finalmente la muerte.

El fallecimiento de Robustina Campos Cortés, de 71 años, nos lleva a reflexionar acerca de la gran cantidad de locos y brutos que andan arriba de un vehículo a toda raja, muchas veces con alcohol -como en este último caso-, poniendo en peligro la integridad de los transeúntes.

En inumerables ocasiones hemos denunciado en nuestras páginas las carreras de autos que cada fin de semana alertan a los tocopillanos. Pero transcurridos varios meses, aún no hay un control de estos hechos. Vemos que Carabineros parece no actuar. Esperemos que esto no se deba a que en algunas de estas carreras ha participado un carabinero de civil.

Otro lamentable hecho digno de análisis, es la incapacidad de nuestro centro hospitalario para atender emergencias graves. En el caso de la abuelita, se decidió su traslado a Antofagasta y debido a las graves lesiones, finalmente falleció en el viaje.

¿Estaría con vida si nuestro Hospital contara con los especialistas y requerimientos necesarios para dar respuesta a hechos de mayor complejidad?

¿Por qué tuvo que morir una abuelita?